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      Las tecnologías sofisticadas amplían la autonomía y la duración de la batería

      Las baterías de iones de litio almacenan grandes cantidades de energía y ofrecen una autonomía atractiva de los vehículos. Sin embargo, los coches eléctricos son susceptibles a temperaturas extremas que pueden causar mal funcionamiento inesperado y generar altos costos si se necesita reemplazar la batería por completo. La temperatura ideal para un funcionamiento eficaz está entre 20 °C y 40 °C. Para mantener la batería de un coche eléctrico dentro de un rango de temperatura óptimo, debe enfriarse en verano y calentarse en invierno. Por lo tanto, para lograr una mayor autonomía, una carga rápida y una mayor duración de la batería, un sistema sofisticado de gestión térmica con varios circuitos de refrigeración resulta indispensable. Aquí son esenciales las mangueras y líneas especiales que enfrían la batería y los dispositivos electrónicos extremadamente sensibles. Actualmente, Continental ofrece líneas flexibles para el sistema de aire acondicionado y la bomba de calor para el control de temperatura en el VW ID.3, mediante el uso del refrigerante R744, que no daña el clima. Las secciones transversales más pequeñas, por ejemplo, en el lado de alta presión y en el tren de refrigeración de la batería, ayudan a reducir la cantidad de refrigerante requerida en comparación con los sistemas anteriores. La combinación correcta de materiales de caucho, poliamida y aluminio y la geometría de línea eficiente garantizan la estabilidad intrínseca necesaria del sistema. Para ello, se desarrollan líneas especiales y elementos de conexión fabricados con materiales de alto rendimiento. Para supervisar la información de temperatura y corriente eléctrica, Continental ha desarrollado un módulo de sensor de corriente destinado a garantizar la durabilidad de la batería de alto voltaje. Dado que la batería es el componente más costoso de un coche eléctrico, el módulo del sensor de corriente también está diseñado para mantener las propiedades de la batería y limitar los efectos del envejecimiento. Además, ayuda a calcular la autonomía restante exacta. Se llevará a cabo la producción en un vehículo eléctrico de última generación de un fabricante mundial antes de finales de 2022.